El nacimiento de un bebé prematuro trae consigo un camino lleno de desafíos, no solo para el niño, sino también para su familia. Enfrentar la incertidumbre, los controles médicos constantes y las necesidades especiales de desarrollo puede ser abrumador. Es aquí donde el acompañamiento de un equipo multidisciplinario marca la diferencia, brindando no solo apoyo profesional, sino también contención emocional y orientación para los padres.
Para entender mejor esta experiencia desde la mirada de una familia, conversamos con Javiera Hernández, mamá de Felipe y directora de la Fundación Mini Guerreros, quien nos comparte su visión sobre la importancia de contar con un equipo de apoyo en este proceso.
Desde tu experiencia como mamá de un prematuro extremo, ¿cómo influyó el acompañamiento de un equipo multidisciplinario en el proceso de crecimiento y desarrollo de tu hijo?
Contar con un equipo especializado fue fundamental en el proceso de crecimiento y desarrollo de mi hijo. En un momento tan desafiante y lleno de incertidumbre, ellos fueron nuestra guía y contención. Nos ayudaron a comprender cada etapa, a tomar decisiones informadas y a reducir la ansiedad que implica enfrentarse a un mundo poco visibilizado en la experiencia de la maternidad. Gracias a su apoyo, pudimos enfocarnos en su bienestar y avanzar con más seguridad en su desarrollo.
Más allá del apoyo médico, ¿qué tipo de acompañamiento sentiste que fue clave para ti y tu familia en este camino?
Más allá del apoyo médico, lo que realmente marcó la diferencia para mí y mi familia fue contar con profesionales humanos, donde la empatía estuviera presente desde el primer momento. Saber que quienes cuidaban y guiaban a mi hijo no solo tenían el conocimiento, sino también la sensibilidad para entender nuestra realidad hizo que este proceso fuera más llevadero. No se trataba solo de tratamientos o terapias, sino de sentirnos acompañados y comprendidos. Muchas mamás que han pasado por lo mismo coinciden en que esto es clave para transitar este camino con mayor fortaleza.
Muchas familias pueden sentirse abrumadas con tantos especialistas. ¿Cómo fue para ustedes organizar y encontrar un equilibrio entre las distintas terapias y la vida cotidiana?
Para nosotros, encontrar el equilibrio entre las terapias y la vida cotidiana se dio de forma natural gracias a profesionales empáticos que supieron integrarse a nuestra dinámica familiar. Cuando sabes que este camino será de largo plazo, contar con personas que no solo entienden a tu hijo, sino que también crean un ambiente cálido y cercano, marca la diferencia. Con ellos, las terapias dejaron de sentirse como una obligación médica y se convirtieron en momentos de aprendizaje y disfrute, transformando cada sesión en una experiencia más liviana y llevadera.
Si pudieras dar un consejo a una familia que recién recibe el diagnóstico de prematuridad, respecto al rol del equipo de apoyo, ¿qué les dirías?
Les diría que busquen un equipo que se ajuste a sus necesidades, tanto en lo humano como en lo económico. Sé que puede ser un proceso desafiante, pero el profesional adecuado para su hijo o hija existe. Lo importante es encontrar un espacio donde se sientan cómodos y donde la relación entre el especialista y su pequeño fluya de manera natural. La confianza y la conexión con el equipo de apoyo marcan una gran diferencia en este camino.
¿Qué mensaje te gustaría compartir con otras mamás y papás que están atravesando este proceso, respecto a la importancia de no estar solos en este camino?
La experiencia de la prematurez puede sentirse muy solitaria. Es un giro inesperado que rompe con la ilusión de una llegada tranquila a casa y de vivir un proceso 'normal'. Sin embargo, quiero decirles a todas las mamás y papás que no están solos. Hay muchas familias que comparten las mismas angustias, miedos y desafíos. Desde hace más de tres años, existe un espacio donde pueden encontrar apoyo, resolver dudas y sentirse acompañados: la Fundación para Prematuros Mini Guerreros.
Allí siempre serán recibidos con amor y
comprensión, porque juntos, este camino se
hace más llevadero.
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