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Entendiendo las Emociones

Actualizado: 3 abr 2020


Sabemos que el desarrollo infantil es un gran proceso por el cual van adiquiriendo habilidades para desenvolverse en el mundo, a través de las interaccciones diarias en el entorno familiar y la exploración del ambiente. Durante el desarrollo, los niños aprenden a moverse para ser autónomos y jugar, aprenden a relacionarse con otros y a comportarse en distintas situaciones y contextos. Pero además, -un aspecto frecuentemente pasado por alto- los niños aprenden a regular sus emociones y a expresarse. En este post te contamos sobre las emociones en los niños y cómo podemos ayudarlos a mejorar su manejo.

¿Porqué es importante educar las emociones?

La forma en que los niños responden a las diversas emociones que experimentan durante el día tiene un enorme impacto en las elecciones que hacen, en cómo se comportan, y en cómo manejan las situaciones y finalmente, cómo disfrutan la vida. El desarrollo emocional involucra aprender qué son los sentimientos y emociones, entender porqué y cómo se dan, reconocer los propios sentimientos y los de otros, y desarrollar formas efectivas de manejarlos.

A medida que los niños crecen y son expuestos a diferentes situaciones, el aspecto emocional se vuelve más complejo, por lo que desarrollar habilidades en esta área es sumamente importante para su bienestar.

Entre los profesionales del área se ha llegado a comprender que, a cuando un niño es capaz de regular sus emociones -expresarlas en una forma constructiva en vez de impulsiva o hiriente-, esto es un factor clave en la salud psicológica de los niños.

Mejorar la regulación de las emociones tiene beneficios en todas las áreas de la vida de un niño. Los niños que logran hacerlo de forma efectiva prestan más atención, trabajan de mejor manera y por lo tanto se desempeñan mejor en el colegio. Son capaces de resolver conflictos con sus compañeros y muestran menores niveles de estés fisiológico.

Desarrollo Emocional

Comienza en la infancia y dura toda la vida, siempre seguimos aprendiendo en este aspecto sobre nosotros mismos y los demás. Las primeras emociones en los bebés son principalmente alegría, enojo, tristeza y miedo. A medida que los niños crecen los niños empiezan a desarrollar un sentido del "yo", y aparecen emociones más complejas como timidez, sorpresa, vergüenza, culpa, orgullo, y empatía. Los niños comienzan a aprender a identificar las emociones, a entender de dónde vienen y como manejarlas de forma apropiada. De esta manera, la respuesta emocional de un niño de 10 años frente a una situación será mucho más elaborada y compleja que la de un niño de 3 años.

Cada niño es diferente

Sabemos que cada niño/a es único y las maneras de expresarse y de comportarse son infinitas. Estas variaciones en la expresión de emociones pueden deberse a eventos que impactan al niño/a y su familia, como también a valores específicos familiares o culturales en los que ha sido criado, y al temperamento de cada niño.

Los niños aprenden diferentes formas de expresar las emociones basado en lo que es visto como "normal" dentro de su familia y núcleo cercano. Algunas familias y culturas fomentan que los niños expresen un rango amplio de emociones, mientras que otras fomentan que no se expresen ciertas emociones. Todo esto afecta cómo un niño aprende a expresar y manejar sus sentimientos y emociones.

¿Cómo podemos ayudar?

Los educadores, terapeutas y cuidadores de los niños tienen un rol fundamental en apoyar el desarrollo emocional de los niños. A través de respuestas efectivas a la expresión de emociones, entregando ejemplos de cómo se manejan las emociones, y hablando con los niños sobre sus emociones y la mejor manera de expresarlas en una situación en particular. A continuación te entregamos algunas ideas claves para ayudar a los niños en el manejo de las emociones.

  • Nombrar el sentimiento: Ayuda al niño/a a ponerle un nombre a lo que está sintiendo. Al hacer esto, permitimos a los niños desarrollar un vocabulario emocional de manera que se les facilita hablar de lo que están sintiendo. Es importante que vayan conociendo las palabras para el amplio rango de sentimientos, más allá de quedarnos en las básicas como "feliz", "triste", y "enojado". Prueba de a poco ir incorporando otras, como "sorprendido", "emocionado", "confundido", "frustrado", "nervioso", "asustado", "calmado".

  • Identificar sentimientos: Hablando de las emociones que el niño/a está experimentando y de las que están sintiendo otras personas. Esto los ayuda a empezar a generar empatía y a comprender que los demás sienten al igual que ellos.

  • Cómo expresarlos: Enséñale las distintas maneras en que uno puede expresar las emociones, dándole ejemplos de tí mismo/a. "Cuando estoy triste lloro un ratito, pero después converso con mi amiga y se me pasa la pena". "Qué haces tú cuando te enojas?". Permite que el niño/a proponga ideas para expresarse, y si no son apropiadas, explícale en palabras simples porqué esa no es la mejor manera de hacerlo.

  • Enseñando con el ejemplo: No hay mejor manera de aprender, y eso cuenta también en este sentido. A medida que un niño/a te vea manejar tus propias emociones de manera efectiva, él/ella harán lo mismo. Esto incluye decir por ejemplo "Perdóname, perdí la paciencia" (porque ningún padre/madre/cuidador/ es perfecto!) y luego mostrarle formas en que podemos arreglar la situación.

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