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El término dislalia ya no se utiliza. En la actualidad, se emplea el término Trastorno de los Sonidos del Habla (TSH) para referirse a estas dificultades en la articulación. Para acceder a información actualizada con estudios recientes, te invitamos a visitar el siguiente enlace: https://www.crecerdecolores.com/post/cuando-pronunciar-mal-dificulta-el-habla-trastorno-de-los-sonidos-del-habla-tsh
El TSH (antes llamada dislalia) es el trastorno del habla más común en la niñez. Cuando los niños/as están aprendiendo a hablar, es normal que hayan dificultades con algunas letras o sonidos, y que los sustituyan por otros o los eliminen al hablar, pero a medida que van creciendo y practicando, lo típico es que estos "errores" de pronunciación se vayan corrigiendo por sí solos. Cuando pasada cierta edad persisten estas dificultades, empezamos a llamarlas dislalias.

La dislalia consiste en un error sistemático y consistente en la articulación de uno o más fonemas. ¿Qué significa que tiene que ser sistemático y consistente?. Qué el fonema siempre tiene que estar ausente y tiene que haber el mismo error. No estamos frente a una dislalia cuando el niño/a pronuncia la palabra bien la mayor parte del tiempo y a veces se salta un fonema, por ejemplo.
Las dislalias se clasifican según su etiología. Hay 4 tipos:
1. Dislalia evolutiva: Esta dislalia no corresponde a una alteración ya que va con el proceso madurativo del niño. Para determinar si una dislalia es evolutiva es importante saber la edad de adquisición de los fonemas. Si un niño a los 3 años no dice el fonema /rr/ está bien para su edad por lo que sería una dislalia evolutiva que no requiere tratamiento. (A continuación les dejamos la tabla de adquisición de los fonemas de un estudio realizado por Susaníbar, Huamaní y Dioses en el 2013.

2. Dislalia audiógena: Esta dislalia ocurre en niños con una mala percepción auditiva. En general con hipoacusias (disminución de la capacidad auditiva) leves a moderadas. En general los fonemas que más se ven alterados en este caso son la /s/, la /ch/ y la /f/ entre otros, pero va a depender de cada niño.
3. Dislalia orgánica: Es una alteración en la articulación causada por anomalías en los órganos fonoarticulatorios (labios, lengua, articulación temporomandibular, paladar, dientes, nasal). Dependiendo del lugar de la anomalía se ven distintos fonemas afectados. Por ejemplo, una alteración labial, por alteración en la forma, movilidad o fuerza de los labios hace que puedan estar alterados los fonemas /b/, /p/, /m/, /o/, /u/.
Estas anomalías se pueden deber a distintas causas por lo que es importante derivar a tiempo y hacer una evaluación a profundidad de las estructuras orales y ver si la anomalía es por un mal hábito oral, por una anomalía dentomaxilar o por una alteración en el frenillo lingual o una fisura labial o labiopalatina.
4. Dislalia funcional: En este caso, la alteración de la articulación se presenta en ausencia de una alteración orgánica o pérdida auditiva. Es decir, el niño/a escucha bien, tiene sus órganos fonoarticulatorios indemnes, pero por alguna razón, no "funcionan" de la manera adecuada para producir uno o varios sonidos del habla. Se presenta por diversas causas como dificultad en la precisión de los movimientos, incapacidad de reconocer el punto articulatorio, dificultad en la discriminación auditiva, entre otras causas.
Es importante que frente a la sospecha de un trastorno de la articulación un fonoaudiólogo realice una evaluación completa del niño para diagnosticar y tratar al niño a tiempo.
NUEVO:
El Trastorno de los Sonidos del Habla (TSH), anteriormente conocido como dislalia, es el trastorno del habla más común en la infancia. Durante el proceso de adquisición del lenguaje, es normal que los niños presenten dificultades con ciertos sonidos, omitiéndolos o sustituyéndolos. Sin embargo, a medida que crecen, lo esperado es que estos errores se corrijan naturalmente. Cuando estas dificultades persisten más allá de la edad esperada, se considera un TSH, que requiere evaluación e intervención.

El TSH se define como errores sistemáticos y consistentes en la articulación de uno o más fonemas. Es decir, el error debe repetirse de manera constante en diferentes situaciones comunicativas. No se considera TSH si el niño pronuncia correctamente un fonema la mayor parte del tiempo y solo ocasionalmente lo omite o distorsiona.
Tipos de TSH
El TSH se clasifica según su causa en cuatro tipos principales:
TSH evolutivo: Forma parte del desarrollo natural del lenguaje infantil y no se considera una alteración. Para determinar si es evolutivo, es crucial conocer la edad de adquisición de los fonemas. Por ejemplo, si un niño de 3 años aún no pronuncia el fonema /rr/, esto es esperable y no requiere intervención.
TSH audiógeno: Se presenta en niños con dificultades en la percepción auditiva, generalmente con hipoacusias leves a moderadas. Los fonemas más afectados suelen ser /s/, /ch/ y /f/, aunque puede variar según el caso.
TSH orgánico: Ocurre debido a anomalías en los órganos fonoarticulatorios, como labios, lengua, paladar, dientes o articulación temporomandibular. La afectación varía según la zona comprometida. Por ejemplo, alteraciones en los labios pueden dificultar la producción de /b/, /p/ y /m/. Es fundamental una evaluación detallada para determinar si la causa es un mal hábito oral, una alteración dentomaxilar, un frenillo lingual corto o una fisura labial o palatina.
TSH funcional: Se presenta sin una causa orgánica ni problemas auditivos. Los niños con este tipo de TSH tienen una audición normal y estructuras orales sin anomalías, pero presentan dificultades en la precisión de los movimientos articulatorios, en la discriminación auditiva o en la identificación del punto de articulación correcto para ciertos sonidos.
Importancia de la Evaluación
Ante la sospecha de un TSH, es esencial acudir a un fonoaudiólogo para realizar una evaluación completa y determinar el tipo de trastorno. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la articulación y el desarrollo comunicativo del niño.