Depresión Infantil
Cómo, ¿¿depresión en niños??
Sentirse triste o decaído, tener un mal estado de ánimo o melancolía ocasional, no significa estar deprimido, todos nos sentimos tristes en algunos momentos y es normal, a los niños les pasa lo mismo.
Pero cuando el estado depresivo se presenta durante un lapso superior a semanas o meses y limita la capacidad del niño para funcionar normalmente, se trata de síntomas inequívocos de un episodio depresivo.
Durante mucho tiempo se consideraba que la depresión en niños no existía y que era propia de la edad adulta; sin embargo, en los últimos 30 años, se empezó a reconocer a la depresión como un padecimiento que también afecta a niños y adolescentes.
¿Cómo "se ve" un trastorno depresivo en la infancia?
La sintomatología de la depresión infantil tiene características propias, es decir, no "se ve" igual de la depresión en adultos. Por ejemplo, en los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste. Una razón de que se manifiesten distinto, es que los niños pueden tener dificultades para expresar sus emociones y pueden manifestar sus síntomas a través de comportamientos problemáticos o cambios en su funcionamiento diario. Algunos de los síntomas que pueden indicar depresión en niños incluyen:
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Cambios de humor: Los niños con depresión pueden mostrar cambios de humor repentinos, pueden estar irritable, enojados o tristes.
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Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban: Los niños pueden perder interés en jugar, hacer deportes o actividades sociales que antes les gustaban.
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Cambios en el apetito: Pueden presentar pérdida o aumento de apetito.
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Dificultades para dormir: Pueden tener dificultades para dormir o pueden dormir demasiado.
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Fatiga y baja energía: Los niños pueden parecer cansados o tener poca energía para hacer cosas
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Problemas para concentrarse: Pueden tener dificultad para concentrarse en la escuela o en tareas.
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Sentimientos de tristeza o desesperanza: Pueden expresar sentimientos de tristeza o desesperanza, o pueden hablar de la muerte o el suicidio.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser normales en cierta medida en los niños, pero si se vuelven persistentes y afectan el bienestar del niño, es importante buscar ayuda profesional para evaluar si hay una depresión subyacente. El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar el bienestar emocional del niño.